El sistema de combustible de cualquier vehículo trabaja a altas presiones y con tolerancias precisas, cualquier contaminante como partículas, bacterias, incluyendo el agua y emulsiones, pueden dañar gravemente todo el sistema del combustible. El agua y las emulsiones en los combustibles es un problema muy serio que debe tratarse de forma inmediata si es su caso, esto con el fin de prevenir gastos innecesarios. Esta agua emulsionada se encuentra en suspensión en el combustible en forma de gotas microscópicas, estas cantidades generalmente no son visibles a simple vista, pero al aumentar le dan un aspecto opaco o nublado al combustible. El agua puede quedar atrapada en el combustible mediante la condensación de humedad atmosférica, también puede filtrarse entre los ductos de acceso al tanque. El agua y las emulsiones en el combustible también puede promover el crecimiento de colonias bacterianas y hongos. Todos estos microorganismos juntos van a producir un fango o lodo bacteriano que inicia en el tanque de almacenamiento y en muchas ocasiones en el que el problema no es resuelto, esta reacción química se transfiere a través del sistema del combustible, obstruyendo los filtros, dañando los inyectores de múltiples formas, como también produciendo ácidos que desgastan las superficies metálicas. Desafortunadamente los problemas de que el combustible contenga agua y emulsiones son:
Los fabricantes de motores en la Carta Mundial del Combustible recomiendan que el contenido de agua en el combustible no debe ser mayor a 200 partes por millón (PPM) si el contenido de agua es mayor a lo recomendado se pueden generar los problemas descritos anteriormente. Además, según fabricantes de motores como CAT Y CUMMINS, los combustibles con agua y emulsiones tendrán menor capacidad calorífica en los que usuarios de sus motores experimentaron una reducción de potencia hasta el 15% y un aumento de consumo de combustible hasta del 15%.