Para la obtención de una mejor combustión y una correcta pulverización del combustible, los sistemas de inyección han tenido que evolucionar y la tecnología de motores a diésel conocida como “common rail”, se había trabajado con orificios de inyectores de 50 micras y presión de hasta 1400 BAR, actualmente y a partir del año 2011 se redujo el tamaño de los orificios del inyector al rango de 1 a 2 micras y la presión se incrementó hasta 3,000 BAR. Desafortunadamente la contaminación de partículas sólidas en el combustible se incrementa durante la cadena de distribución, multiplicándose en los almacenamientos de estaciones de servicio o tanques de auto consumo, lo cual representa un grave problema para los sistemas de inyección de última generación y para el medio ambiente. Es por esto, por lo que los fabricantes de motores y de inyectores desde 1998 han desarrollado la Carta Mundial del Combustible, con la meta de armonizar las calidades del combustible para cada tipo de motor y región, buscando tres objetivos principales;
Lo menos que puede hacer una empresa que quiere ahorrar dinero en operaciones, mantenimiento y lograr mejores rendimientos, es monitorear la limpieza del combustible y su nivel de partículas conforme al código internacional ISO4406